El principal grupo de la oposición bareiní, el chií Al Wefaq, prohibido desde 2016, anunció que boicoteará los comicios por considerarlos “una farsa” sin la participación de las fuerzas de la oposición chií

Los bareiníes acuden este sábado a las urnas para elegir a un nuevo Parlamento, en unas elecciones en las que el Gobierno no ha permitido la participación de la oposición chií y sus simpatizantes en el proceso electoral, algo que ha llevado a varias ONG a calificar estos comicios de “fraudulentos”.

Más de 344.000 ciudadanos depositarán su voto a lo largo de la jornada en los 55 centros electorales repartidos por este pequeño país insular de 1,7 millones de habitantes, menos de la mitad de los cuales son nacionales de Baréin, dijo la agencia de noticias oficial bareiní BNA.

Estas elecciones además han batido un récord histórico de candidatos: 507, más del doble de aspirantes respecto a los anteriores comicios de 2018, entre los cuales destacan 94 mujeres.

Los candidatos se disputan un total de 40 asientos en la Cámara baja, en unos comicios marcados por la prohibición de la oposición a participar en el proceso electoral, algo que ONG estiman que afectará a hasta 11.000 ciudadanos del reino.

El principal grupo de la oposición bareiní, el chií Al Wefaq, prohibido desde 2016, anunció que boicoteará los comicios por considerarlos “una farsa” sin la participación de las fuerzas de la oposición chií.

Varias ONG calculan que unas 2.000 personas, en su mayoría opositores chiíes, pero también activistas de derechos humanos y críticos, están encarcelados en Baréin, muchos de ellos desde las protestas de 2011 para pedir reformas al calor de la Primavera Árabe.

Las elecciones se celebran además pocos días después de la visita del papa Francisco a Baréin, en la que pidió respeto y la promoción de los derechos humanos en el país árabe.

Baréin cuenta con un sistema bicameral con un total de 80 miembros. La Cámara alta, llamada el Consejo de Shura -un órgano consultivo- tiene 40 miembros y es designada directamente por el rey.

La otra se compone de 40 escaños elegidos en las urnas, aunque varias organizaciones de derechos humanos denuncian que el proceso está lejos de ser democrático.

El Legislativo cuenta con unas capacidades muy limitadas y algunos diputados han expresado su preocupación porque las leyes aprobadas habitualmente son rechazadas por el Gobierno

Con información de Efe

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